El Dr. Raúl Ricardo Alfonsín nació en Chascomús, Provincia de Buenos Aires el 12 de marzo de 1927.

Era el hijo mayor de Serafín Raúl Alfonsín y Ana María Foulkes, un nieto de inmigrantes afincados en la llanura bonaerense, que era, como muchos de sus amigos, primera o segunda generación de criollos.

Su madre lo definió en una charla con periodistas como un niño “abuenador”, siempre tratando de evitar conflictos, buscando soluciones.

Algún amigo tratando de definirlo contaba que cuando Alfonsín piensa, piensa en cosas que hacer, en posibilidades que explorar y solo recurre al pasado en busca de pertrechos para hacer frente a lo que está por venir. Todos convertimos nuestro pasado en memoria, Alfonsín lo convierte en combustible.

Fue un hombre que cursó pupilo el Liceo Militar mientras el mundo libraba la Segunda Guerra Mundial (su familia se identificaba con los Aliados y en el Liceo la mayoría era germanófilo).

Después se recibió de abogado en menos de seis años. Estudiaba en Chascomús sin asistir a clases y rendía exámenes regularmente.

Por eso este es un año de doble festejo. Por un lado el día del militante radical en homenaje a Don Raúl y la conmemoración de los 100 años de la Reforma Universitaria que hizo posible que todos tengamos oportunidades.

Cuando digo todos me refiero no solo a los hijos de la elite que se educaba por aquella época, sino también a los criollos, los hijos y nietos de inmigrantes, todos ellos hijos de trabajadores que por aquél entonces solo tenían la esperanza de una subsistencia diaria.

Cuando H. Irigoyen propició la REFORMA UNIVERSITARIA estaba poniendo en marcha una política de estado que no beneficiaría a una persona, ni a un grupo de elegidos. Sentó las bases para la modernización y el despegue de la Argentina con una educación de excelencia que sería reconocida en el mundo entero. Las bases para la autonomía universitaria (defendida ferviente y constantemente por nuestro partido), el cogobierno, la libertad de ideas, la defensa de la educación pública, gratuita, laica.

Ese fue el puntapié inicial para que el radicalismo se nutra de una dirigencia con una gran formación y dispuesta a pelear por una República llena de iguales. De esa reforma surgieron grandes hombres como Illia, Lebensohn; Balbín y el propio Alfonsín entre otros.

Hombres que hicieron del servicio público una forma de vida, arriesgándola a veces, otra suponiendo que el de al lado siempre necesitaba más que sus propias familias.

Esa formación le dio a Alfonsín el discernimiento necesario para defender presos políticos sin cobrar un solo peso u oponerse a la Guerra de Malvinas cuando la corriente era torrentosa exactamente para el otro lado.

Por eso el 12 de marzo se celebra el día del MILITANTE RADICAL y este domingo 11 de marzo nos juntamos al mediodía en Coronel Du Graty por iniciativa del Intendente Polini.

Celebramos el día del nacimiento del Padre de la Democracia moderna en Argentina, el día que nació el hombre que de alguna manera resume las características de un militante y que con el ejemplo de su vida se convirtió en IDEA.

Porque ese fue su último mensaje público a la Juventud de nuestro Partido: “No sigan a hombres, sigan a ideas. Los hombres pasan, las ideas quedan por siempre”.

 

Dra. Elina Nicoloff

Presidente Comité Provincial UCR


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