A pesar de que la organización contaba con varias ambulancias, tardó en llegar la asistencia.
A pesar de que la organización contaba con varias ambulancias, tardó en llegar la asistencia.

Se llamaba Pablo Daniel Rielo, tenía 35 años, vivía en su Rosario natal. Era soltero y se ganaba la vida como personal trainner. Sus amigos dicen que era una persona sana. Viajó a Córdoba diciendo que pensaba asistir a un recital de rock. En realidad iba, con amigos cordobeses, a la fiesta electrónica realizada en el predio de Forja, el sábado último, en barrio Talleres Este. Era la segunda actuación de Hernán Cattáneo, un DJ top por quien había que pagar 1.000 pesos.

Pablo Rielo consumió al menos una pastilla de MDMA (metilendioximetanfetamina), más conocida como éxtasis. Rielo se sintió mal, salió a la calle en busca de aire, se descompuso y vomitó.

Ya era la madrugada del domingo cuando sufrió una falla multisistémica. Largo rato después, arribó una ambulancia del 107 que lo llevó al Hospital de Urgencias.

Vecinos de la zona denunciaron públicamente que aquella madrugada la Policía no lo quiso trasladar al Hospital Urgencias, que los médicos del predio no salieron a atenderlo y que la ambulancia se demoró demasiado.

El dato no es menor si se tiene en cuenta que, según la empresa organizadora, en Forja había médicos y “tres ambulancias”. Ayer por la mañana, se diagnosticó la muerte cerebral de Rielo. Entre la noche del lunes y la madrugada del martes se le realizó la ablación de órganos.

Fuente: La Voz del Interior


COMPARTIR