Por los subsecretarios Maximiliano Tononi (Ambiente)

 y Juan Manuel Carreras (Control y Realización de Obras Urbanas)

En esta emergencia hídrica, a partir de los 472 milímetros registrados en los primeros 13 días de enero de 2019, fueron muchos los “especialistas de temas ambientales” que echaron culpas de todo lo que pasa a los gobiernos de turno, sin siquiera detenerse a pensar y analizar el contexto de cada una de sus afirmaciones tendenciosas. Por eso, es necesario poner claro sobre oscuro en varias cuestiones.

La política de Estado en materia de prevención de inundaciones cumple 27 años de vigencia, con una inversión de 250 millones de dólares distribuidos en el tiempo. La menor inversión nacional relativa se produjo en el transcurso de estos tres últimos años en la provincia.

Sin obras nacionales

Ninguna obra nueva se ejecutó en el área metropolitana y lo que estaba en ejecución (autovía de la ruta nacional 11, con desagües estructurales y Canal 16) se extinguió unilateralmente. De haberse ejecutado esta última obra, licitada hace dos años, toda la zona Sur -desde el canal Soberanía Nacional- no se hubiera visto anegada por este fenómeno. Al igual que otros barrios del Oeste metropolitano.Dejamos obras licitadas y en marcha desde 2014, sin tener la idea que se inauguren en nuestra propia gestión de gobierno provincial. Sin embargo, la desidia del gobierno nacional para con el Chaco las dejó sin efecto.

Después de años de desinversión se necesitan, inversiones complementarias, renovación de bombas y equipos y adecuación tecnológica para minimizar el impacto de los fenómenos climáticos.Todos los expertos en materia hídrica remarcan que un milímetro por minuto es letal para cualquier sistema de desagüe pluvial en el mundo.

En Resistencia, el martes 8 entre las 19,20 y las 21,40 llovieron 140 milímetros en 140 minutos, un evento de unos 60 años de Tiempo de Recurrencia, en función a las curvas Duración-Intensidad y Frecuencia de la ciudad, siendo que las obras de desagües pluviales estan diseñadas para un Tiempo de Recurrencia de entre 10 y 25 años.

El Municipio de Resistencia convocó a una consulta ciudadana con la presencia de expertos en la materia en donde se explicó el alcance de un plan de inversión hídrica equivalente a 100 millones de dólares que incluye desde saneamiento de lagunas hasta obras estructurales de conductos pluviales. El escenario previsible para la planificación de obras implica aceptar probabilísticamente en una serie histórica de tiempo un volumen posible de agua caída en un lapso determinado.

Resistencia tiene un promedio en 65 años con promedio de 1327 milímetros por año discriminado por meses en ciclos secos y húmedos. Enero de 2019 constituye un récord absoluto de agua caída en menor tiempo y en 13 días, superando el máximo histórico de todo el mes de enero del año pasado.

Las obras de prevención contra inundaciones mediante dos diques reguladores sobre el río Negro administra el sistema de lluvias de su cuenca con sus respectivos tributarios (lagunas, ríos y arroyos) y dentro de la cuenca del área metropolitana. La hipótesis de crecida del río Paraná, del Paraguay,  del Bermejo y del Pilcomayo puede ser regulado con el cierre de compuertas y en sentido contrario cuando el caudal de los mismos baja, permite el drenaje sin necesidad de recurrir a las bombas en las distintas estaciones por el simple hecho de apertura de las compuertas.

En una hipótesis de lluvias copiosas y abundantes con ríos con caudal elevado el drenaje pluvial por el canal 16 se reduce sustancialmente, lo cual impide drenar al Arazá y por ende desembocar al Paraná.

Lo que administra el municipio

El Municipio de Resistencia administra 1000 kilómetros de desagües pluviales a cielo abierto dentro de las 65 chacras de mayor densidad relativa. Otros 10 kilómetros de desagües pluviales son con revestimiento. Actualmente 78 kilómetros son conductos subterráneos que requieren limpieza permanente.

En el contexto de dificultades presupuestarias, el máximo esfuerzo implica combinar asignación de recursos en pavimento urbano, ripio, desagües pluviales, recolección de residuos, y demás servicios.

Todo esto se realiza con un presupuesto de 120 millones de dólares anuales y superávit fiscal primario y financiero. Magia no hay luego de una acción discriminatoria del gobierno nacional por un monto de 2000 millones de pesos en tres años que implicaron la anulación de financiamiento internacional y nacional.

La falacia del pavimento sin desagües

Muchos afirman que el problema de las inundaciones es el pavimento urbano sin planificación ni desagües. Es una falacia absoluta pues el equipo técnico municipal diseña el proyecto, supervisa su ejecución y audita la recepción de la obra, siendo personal de planta permanente con alta calificación profesional y experiencia. No hay pavimento sin proyecto, y no hay proyecto sin desagües.

Del mismo modo, es necesario observar que la población urbana es equivalente a 90 % en la provincia. Antes la población era rural y el impacto más disperso. Más concentración urbana, implica más impacto, por ende más externalidades.

Otras cuestiones ambientales que se relacionan con la tala indiscriminada constituyen limitantes específicas menos gravitantes en virtud de la situación del calentamiento global y el “efecto invernadero” que está explicado por el accionar de las grandes potencias del mundo. Estas grandes potencias contratan fundaciones especializadas para transferir el problema a otros países sin asumir sus propias responsabilidades.

Es necesario advertir que el “cambio climático” altera el comportamiento del planeta y provoca estas situaciones para lo cual hay que prevenir y para prevenir hay que invertir en infraestructura, para lo cual hay que tener financiamiento.

Durante la gestión 2007-2015 se invirtieron 50 millones de dólares en financiamiento de prevención para inundaciones, un 20 % del total del total invertido en esta materia pero se ejecutaron inversiones extraordinarias en infraestructura social básica que superaron el promedio histórico. Con un gobierno nacional que no invierte en infraestructura, con incapacidad de acceso al financiamiento de organismos internacionales y con ajuste del FMI, las obras no se ejecutan ni se ejecutarán.

Por lo tanto, las responsabilidades están claras y es también una responsabilidad colectiva. En este sentido, en estos tres años todas las inversiones municipales que se hicieron fueron correctas y planificadas. El óptimo razonable de inversiones es una combinación de todas las variables cuando no existe financiamiento extrajurisdiccional.


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