Hoy el Papa Francisco tomó una de las primeras medidas respecto del escándalo por los casos de abusos sexuales en la iglesia de Chile y aceptó la renuncia del obispo Juan Barros de la diócesis de Osorno, acusado de encubrir abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.

Tras primero asegurar que el religioso no tenía que ver con los abusos, luego retractarse y más tarde disculparse con las víctimas de Karadima por haber negado los delitos, el Sumo Pontífice encaró una purga en la iglesia que contó con episodios sin precedentes: el 18 de mayo renunciaron en masa 34 obispos, entre ellos Barros, y pidieron perdón "por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al pueblos de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones".

Asimismo, Francisco aceptó las renuncias de otros dos obispos: el de Puerto Montt, monseñor, Cristian Caro Cordero, y el de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte García de Cortázar, en el marco de la causa por pedofilia.

De acuerdo con lo informado por el diario La Tercera, el Vaticano nombró al monseñor Jorge Enrique Conchua Cayuqueo en reemplazo de Barros como Administrador Apostólico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis.

Varios miembros de la jerarquía de la Iglesia católica chilena están acusados de haber ignorado o encubierto los abusos del cura chileno Fernando Karadima en las décadas de 1980 y 1990.

Francisco, que un primer momento defendió durante su viaje a Chile en enero al obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrir los abusos, dio giro en su posición. El papa se disculpó a las víctimas y admitió "graves errores" luego de leer un informe de 2300 páginas elaborado por los investigadores del Vaticano sobre el alcance del escándalo, que devastó la credibilidad de la institución en un país con una abrumadora mayoría de católicos.

Los investigadores, el arzobispo Charles Scicluna y el español Jordi Bertomeu, regresarán a Chile el martes para comenzar lo que según el Vaticano es una misión de "curación" en Osorno. Al aceptar la renuncia de Barros el lunes, Francisco facilitará la tarea.

Con la aceptación de dimisión de los dos otros obispos, el Papa deja claro que los problemas en la Iglesia en Chile no descansan sólo sobre Barros ni sobre los más de 40 sacerdotes y tres obispos formados por Fernando Karadima, que en 2011 fue sentenciado por el Vaticano por sus delitos sexuales.


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