Cinco años después de la muerte de Alberto Nisman, la investigación para esclarecer qué pasó entre el 18 y el 19 de enero de 2015 en torno del hombre que investigaba el atentado contra la AMIA acumula pocas certezas, pero muchas hipótesis. Una de las más importantes tiene como eje la guerra entre bandas de espías que rodeaban imperceptiblemente al fiscal.

En ese sentido apunta uno de los hallazgos más importantes que logró determinar la fiscalía de Eduardo Taiano, a cargo de la investigación en el fuero federal: la explosión de llamadas entre celulares de agentes de inteligencia que se produjo en la mañana del domingo 18, cuando todavía no se sabía que Nisman estaba muerto, tuvo dos grupos muy definidos que actuaron en paralelo y que giraron en torno de dos jefes muy enfrentados entre sí: Antonio "Jaime" Stiuso, por un lado, y Fernando Pocino, por el otro.

Una ebullición de comunicaciones entre espías operativos de la SIDE de entonces, exespías, agentes de las fuerzas de seguridad, miembros del Ejército y funcionarios del Poder Ejecutivo, que para la fiscalía guarda vinculación con el caso.

Según las fuentes judiciales que participan de la investigación, se analizan, aproximadamente, 45.000 comunicaciones del último año previo a la muerte de Nisman. El trabajo lo hace la División Unidad Federal de Investigaciones Especiales de la Policía Federal Argentina, y ya se identificaron unos 500 abonados telefónicos correspondientes a funcionarios o agentes de inteligencia, funcionarios del Estado nacional, provincial y/o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

De esos comportamientos comunicacionales -no se dispone del contenido porque no eran líneas intervenidas por la Justicia- en la fiscalía de Taiano destacan que se plantea "con mucha claridad" la guerra entre agentes de inteligencia, que en ese entonces alcanzaba altos niveles de tensión.

Se logró advertir la existencia de un fenómeno vinculado a la existencia de grandes flotas de abonados que comparten un mismo titular registral y dificultan la identificación de sus usuarios. Se busca ubicar quién tenía cada uno de esos teléfonos en la mano durante el momento de las llamadas. Según supo este medio, la AFI no prestó la colaboración suficiente para informar los nombres de los agentes que usaban los teléfonos.

Según quienes analizan el material, hay gente de uno de los grupos que estuvo ubicada, ese día, en lugares neurálgicos, y la tarea consiste en no limitarse solo a las cabezas, es decir, los directores de operaciones, sino a los operativos. "Se ven los contactos de dos bandas con mucha claridad, con algunos interlocutores en común", dijo un funcionario que analiza esas comunicaciones y busca contextualizar las llamadas.

Las bandas refieren a los espías Stiuso, que había sido eyectado de la SIDE por decisión de Cristina Kirchner y que mantenía una relación estrecha con Nisman, y Pocino, entonces director de Reunión Interior de la central de espías.

Pese a que los dos grupos tuvieron dinámicas paralelas en esa extraña mañana, tuvieron un interlocutor en común: Alberto Mazzino, un hombre cercano a Stiuso, pero que, según surge de los análisis que lleva adelante la Justicia, también se comunicaba con Pocino y su grupo de operativos. Otro hombre que respondía a Pocino y que mantuvo decenas de comunicaciones con el entorno de agentes ese fin de semana es Alejandro Mota.

Para los funcionarios que investigan la muerte de Nisman, Taiano y el juez Julián Ercolini, a través del análisis de los entrecruzamientos telefónicos que tuvieron lugar durante el fin de semana del hecho se llegará a una conclusión que puede contribuir a entender mejor cómo fue el comportamiento de los actores en esas horas claves. Fuentes judiciales dijeron que el proceso de análisis se encuentra completo en un 70 por ciento.

Aunque la última resolución importante del caso Nisman fue hace más de dos años, cuando se procesó a Lagomarsino como partícipe necesario y a los custodios de Nisman por incumplimiento de sus deberes, y aunque no hay elementos de prueba concretos que señalen a un posible autor material o ideológico, la fiscalía sigue una línea de investigación que apunta a la banda de espías que habrían tenido afinidad con Cristina Kirchner.

Un mes antes de la muerte de Nisman, Stiuso había sido desplazado de la ex-SIDE. Cristina había modificado a la cúpula que manejó la central de inteligencia durante el kirchnerismo. La tensión entre Stiuso y ella se encontraba en un punto álgido.

A cinco años del hecho, la interna entre espías sigue latente: en el documental sobre el caso Nisman que se estrenó vía Netflix, Stiuso acusó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de "querer matarlo" y dijo que por eso se fue del país.

Ante las versiones de que había una prueba clave contra Fernando Pocino y un espía que habría seguido a Lagomarsino y que podría llevar a su imputación, una fuente que monitorea el mundo de los servicios de inteligencia y que sigue la causa con rigurosidad sugirió a este medio: "Stiuso debe estar desesperado por que sus enemigos no ganen lugar en la AFI". La sombra de la interna parece expandirse hasta el presente.

Los actos de homenaje

Hoy a partir de las 18 se realizará el acto principal de homenaje a Alberto Nisman. Será en la plaza Vaticano, frente al teatro Colón, donde se espera una concurrencia masiva y heterogénea.

La convocatoria estuvo a cargo de Equipo Republicano y Equipo Banquemos, grupos de "ciudadanos independientes sin pertenencia partidaria", como explican en sus sitios de las redes sociales, aunque también habrá referentes del macrismo que acompañaron la convocatoria.

Mañana en tanto la DAIA organizará una recordación frente a la tumba del fiscal, en el cementerio judío de La Tablada.


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