Por Gustavo Wekid* - Desde el resultado de las elecciones generales del 22 de octubre de 2023 quiero escribir esto y hoy me decidí. Probablemente a nadie le importe, pero yo necesitaba hacerlo y lo hago hoy, sin molestar a nadie.

Luego del resultado del 22 de octubre, se creó un clima triunfalista en el sector gobernante y de derrota y desesperanza en el resto de las personas que pensamos de manera diametralmente opuesta al kirchnerismo, y se empezó a escuchar por todos lados que Massa sería el próximo Presidente de la Nación. Incluso los que votaron en contra creen en esa posibilidad.

Pienso sinceramente de que eso ocurra está bastante más lejos de lo que se estima. Lo que sucede es que varios dirigentes de la oposición empezaron a hacer campaña por Massa y piden el voto para el candidato kirchnerista y esos votos ya se computan (para las encuestas) de esa manera.

Siempre pensé que los gobiernos populistas como el actual manejan la voluntad de los votantes porque éstos son rehenes de ellos (planes sociales, subsidios, etc.,) y ahora resulta que en la oposición ocurre lo mismo, aún sin esas prebendas.

¿Que si Morales y Losteau dicen que votarán a Massa, sus seguidores también lo harán? ¿Acaso nos llevan de las narices? ¿Siempre necesitamos que alguien nos diga lo que tenemos que hacer? ¿Lo que vivimos a diario en nuestro país no es suficiente? ¿Todo es una simulación?

No es así.

Todos somos libres de votar a quien creemos que es el camino para un país mejor, sin importar lo que nos digan los supuestos “dirigentes” que lo que menos hacen es “dirigir gentes”.

La mayoría de los dirigentes políticos se creen tan “iluminados” que piensan que los votamos debemos tener un compromiso eterno con ellos, no con nuestra forma de pensar y de vivir, con nuestros valores.

Hagámosle saber que tenemos libertad y voluntad propia, y votemos según nuestros principios y valores, no según las conveniencias de otros.

No puedo creer que la gran mayoría de los que votaron a Juntos por el Cambio ahora voten por Massa, que es un mentiroso compulsivo.

¿Qué es eso? ¿Y la dignidad de las personas? ¿Y nuestros valores y principios? ¿Nada importa? ¿O es porque ahora lo piden Losteau, Morales, Brandoni, Urtubey y otros políticos y periodistas? ¿O somos ovejas que nos arrean?

También están los que se dicen “neutrales” como Larreta y Carrió. Se han vuelto todos tibios. No es momento para eso. Pocas veces va a resultar tan fácil decidir nuestro voto en una elección como la de este 19 de noviembre de 2023.

Hay momentos en la vida en la que es difícil estar de un lado o del otro: pero a veces alcanza con ver quien está del otro lado para saber que tenemos que estar en el de enfrente.

Estoy convencido que la mayor parte de los dos tercios que no votamos a este gobierno populista, patotero, inescrupuloso y corrupto, en este balotaje optaremos por Milei. Sin fraude electoral, debería ganar MILEI. Y, en ese caso, estará bien que así sea.

Todos estamos de acuerdo en que en nuestro país hay que hacer grandes reformas, pero como en cualquier edificio para realizar reformas primero hay que eliminar a las ratas que lo han copado.

En nuestro país, las ratas son el kirchnerismo, que oprime a propios y extraños y que se ha inundado de soberbia, incapacidad y corrupción.

Hay una palabra que siempre repetimos y creo que no entendemos muy bien su significado: “MANDATARIO”.

Eso surge del Mandato, que es un contrato (verbal o escrito) en el que el Mandante (el que manda o encarga algo) le pide o encarga al Mandatario la realización de una tarea o función.

Cuando éramos niños decíamos: “voy a hacer un mandado a mi mamá”. Eso es porque mi mamá (la Mandante) me pedía a mí (Mandatario) que le hiciera una determinara tarea.

Luego se ha comenzado a decir (en política) el “primer mandatario” esto o aquello y todos interpretamos como si fuera que “manda” o el “jefe”. Muy por el contrario, “primer mandatario” siempre significó el primero a quien el pueblo le encarga una tarea o función, es decir que es el “primer empleado público”, y por ende el primero que debería rendir cuentas de lo actuado. Esta confusión que tenemos hace que los políticos nos “pidan” nuestros votos, o “dirijan” nuestros votos. Una verdadera locura.

No tengamos miedo a cambiar, tengamos esperanza en cambiar. Algunos gobernadores dicen que Milei traerá pobreza a la Argentina como si ahora viviéramos en Suiza.

Por favor, seamos coherentes. Y no pensemos que se trata de Bullrich, Milei, Massa o quien sea.

Ninguno es tan iluminado que pueda cambiar las cosas por sí solo. Pensemos en lo que pretendemos como individuos, como sociedad, hablemos de méritos, de esfuerzo, de libertad, de derechos pero fundamentalmente de DEBERES que todos tenemos.

Después de lo mencionado, creo que queda claro que voté por Bullrich y que ahora voy a votar por Milei. Y eso que para muchos parece una incoherencia, no lo es.

Es decir, voy a hacer uso de lo que establece la constitución. Porque el balotaje está para eso. Sin balotaje, llegarían al gobierno personas con menos del 40 % de los votos.

Entonces se estableció un sistema para que los otros dos tercios (aprox, y para seguir con el ejemplo) pudieran tener la posibilidad de determinar quien sea electo.

Dijo el General San Martín: “Seamos libres que lo demás no importa nada”.
¡Tengamos Memoria. Que esta banda de delincuentes que nos gobiernan nos devuelvan el país!

(*) Contador Público Nacional


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