Visitaron la redacción de Primera Línea, la doctora Ana Pujol y la psicóloga social María Martina, integrantes de la agrupación Alma y Vida que organizaron una caminata para hoy sábado 23 de septiembre con el objetivo de concientizar sobre el Alzheimer. Sin embargo, por las inclemencias climáticas, se vieron obligadas a suspender la movida para el próximo 30 de septiembre.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, crónica progresiva, cuya causa se desconoce y hasta el momento no tiene cura. Afecta a más de 47 millones de personas en el mundo. En Argentina se calculan unas 750 mil personas afectadas y en Chaco no se tienen estadísticas sobre qué cantidad se ve afectada.

“Lamentablemente no existe tratamiento farmacológico, una vez que se diagnostica, lo único que se puede hacer es  tratar los síntomas, sobre todo los neurosiquiátricos. Se hace hincapié en evitar los factores de riesgo: hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo, baja escolaridad, aislamiento. Y apuntamos entonces a que haya un cambio en los hábitos diarios y propiciamos factores protectores: dieta saludable, actividad física continua, una participación social, política y también una educación continua” explicó Pujol.

Este tipo de prevención sirve para que los síntomas, en caso de aparecer, sean más tardíos y así la enfermedad tenga menos tiempo afectando al sujeto, porque se trata de un mal que termina discapacitando con total dependencia.

La doctora también hablo de la ley 2291G que fue sancionada en el 2014 en la Cámara de Diputados de la provincia pero que todavía no fue reglamentada, impidiendo así, de poder realizar investigaciones o de tener un registro de la cantidad de personas que tienen la enfermedad en Chaco. Esto llevó a que ya hayan solicitado una audiencia al Gobernador, ya que pretenden capacitar a la de mayor cantidad de recurso humano posible, ya sea profesionales, como cuidadores.

Existen dos tipos de Alzheimer: el genético, que tiene el menor porcentaje, menos de un 10 por ciento y el de mayor porcentaje, que es el esporádico; que está en relación con la edad y aparece después de los 65 o 70 años.

Pujol advirtió que estamos asistiendo a un envejecimiento poblacional mundial. Se estima que para 2030, el porcentaje de mayores de 60 años y más será mayor al del grupo de 0 a 14 años, por lo que toda población que tenga más de 7 por ciento de adultos mayores, se considera una población envejecida.

“Nuestra provincia tiene el 9, 4 por ciento de adultos mayores, ya es una población envejecida. Lo que apuntamos es a conocer el número de personas que estén afectadas de este mal. La ley establece que al ser reglamentada contará con una partida reglamentada específica. También se creará un Comité que aporte al Gobierno el conocimiento y la ayuda para formar personas que trabajen con la sociedad”, agregó Martina.

De hecho, insistió en que la finalidad de Alma y Vida es hacer visible en la sociedad dicha enfermedad, “porque el adulto mayor tiene como un estigma social, se vulneran los derechos, lamentablemente desde las esferas del Estado vemos que no hay un estado de protección., observamos que no está en la agenda pública, el buen trato al adulto mayor”.

Alma y Vida se formó el año pasado todavía no cuentan con un lugar específico como locación, además insisten en que “las demandas son muchas y las ofertas son pocas”, por lo que se sienten “solos” en cuanto al acompañamiento y organización de eventos que pongan en agenda la problemática de la enfermedad. Más allá de esto, la doctora Pujol atiende en el hospital Perrando los jueves de 13:30 en un consultorio donde se pueden acercar para asesorarse o informarse sobre la enfermedad.

Alma y Vida realizará el próximo 28 de septiembre de 2017 una charla en la Cámara de Diputados con la finalidad de que se conozca esta enfermedad, en tanto que harán lo mismo el 30 de septiembre en el SUM de la Escuela de Comercio a las 9:30. “La mejor ayuda para el paciente y la familia es el conocimiento” indicaron.

 

Ausencia del Estado

Cabe remarcar que en Chaco, existen apenas 30 especialistas en geriatría, por lo que insistieron en que se debe  ir pensando en los años venideros para no encontrarse con estas dificultades a futuro.

Pujol explicó que quien padece Alzheimer pierde todas las capacidades cognitivas y funcionales y termina postrado, con dependencia total, lo que hace que no solamente se deba ayudar al paciente, sino también a toda la familia que se ha desgastado ante una enfermedad muy larga, de entre 7 a 15 años.

“La familia se encuentra con un gran dilema, porque en los últimos estadíos, el paciente necesita la atención las 24 horas. No come por sí mismo, no se baña, todo es cuidado y asistencia. Requiere de por lo menos 3 personas de ocho horas cada una para atenderlo y ahí incluso comienzan los conflictos de la familia”, dio a conocer Pujol cuya madre padeció la enfermedad durante 14 años.

“Se calcula que un paciente con Alzheimer demanda por año, más de 150 mil pesos, entre cuidados y asistencia. Este es el gran problema. No todos están en condiciones, por eso, muchas veces, no queda otra que institucionalizar a su pariente, algo muy triste para los familiares: por lo general se enferma el nucleo familiar”, continuó.

 

Para ella, una de las soluciones es que el Estado disponga de Centros de días públicos, donde los pacientes puedan realizar actividades que le beneficiarán a sobrellevar la enfermedad y también  “podamos descongestionar a la familia en ese tiempo”. No obstante, hasta el momento no se cuentan con ningún tipo de estas instituciones que pertenezcan al Estado.


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