El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, pidió poner fin al comunismo, una postura que sostiene desde los comienzos de su carrera electoral e, incluso, de su vida política. Lo hizo en una cena con líderes de opinión conservadores que defienden a rajatabla sus mismas ideas, antes de ver a Donald Trump, su maestro.

"Siempre he soñado con liberar a Brasil de la sucia ideología de la izquierda", disparó el mandatario el domingo. En la cita estuvieron presentes el exestratega de Trump, Steve Bannon, y el filósofo derechista brasileño, Olavo de Carvalho. “Tenemos que deconstruir, deshacer muchas cosas antes de poder comenzar. Estoy feliz de ser el punto de inflexión", agregó.

Bolsonaro no esconde su admiración por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su visita a Washington es una oportunidad para relanzar la imagen de Brasil en el escenario mundial como aliado comprometido del país norteamericano, rompiendo así con décadas de diplomacia tradicional brasileña orientada a la izquierda.

Si bien el líder brasileño se reunirá con empresarios y líderes evangélicos, durante su visita lo más destacado ocurrirá el martes, cuando el jefe de Estado visite a Trump en la Casa Blanca. Allí, se espera que ambos mandatarios puedan pulir su política de restricción a Venezuela -evitando, por ahora, una resolución militar-, forjar futuros acuerdos comerciales y acordar una visión de actividad nuclear en común.

En sus comentarios finales durante la mencionada cena del domingo por la noche, Bolsonaro aseguró que su ideal para Brasil es muy similar a la que tiene Trump para Estados Unidos."Quiero un Brasil grande del mismo modo que él quiere un EE.UU. grande", cerró.


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