La sesión es intensa, los discursos se suceden sin desbordes y en un marco de absoluto respeto. Extraño en una Cámara de Diputados, que ha sido protagonista de escándalos y griteríos. Igualmente, por tratarse de un tema tan polémico como la legalización del aborto, algunos diputados se dejaron llevar por sus pasiones, por su fibra más íntima para defender sus posturas.

Que lo diga, si no, el diputado Alfredo Olmedo (Salta somos Todos). "¡No enterremos el futuro de la Argentina matando a los niños por nacer! -planteó-. Esta es una ley que se ampara en los pobres para los ricos. Presidente Macri, si usted está a favor de la vida, vete la ley del aborto si se aprueba!".

Controversial como siempre, el diputado Fernando Iglesias (Cambiemos) le habló a sus pares de bloque. "Somos Cambiemos -enfatizó-. Vinimos a cambiar, no a consagrar el status quo. Les pido que piensen en un país al que les gustaría que la Argentina se parezca. Si está en verde -y sacó un mapamundi pintado en distintos colores-, Norteamérica, Asia, Europa, Australia, el aborto es legal o si queremos que se parezca a las partes rojas del planisferio, Latinoamérica y África. Son los únicos continentes que prohíben el aborto, donde la desigualdad y la violencia son mayores. Cambiemos".

Una ola de aplausos se desató desde el bloque del kirchnerismo. "Un hecho único éste. Difícilmente vuelva a pasar", dijo, entre risas, el presidente de la Cámara baja Emilio Monzó.

En uno de los discursos más polémicos, una diputada del radicalismo se atrevió a comparar la situación de una mujer embarazada con animales. "Yo soy protectora de animales -arrancó Estela Regidor (Corrientes)-. ¿Qué pasa cuando nuestra perrita se nos queda embarazada? No le llevamos al veterinario a que aborte. Salimos a ver a quién le regalamos los perritos. Las peores fieras quieren a sus crías. ¿Qué nos pasa a los seres humanos que tenemos esa maldita razón que nos tapa el corazón?"

Olga Rista, de Cambiemos, criticó aquellos que votan en contra del proyecto por considerar que el aborto será "un anticonceptivo más". "Dicen por ahí que las mujeres van a ir en masa a hacerse abortos. No señores, esto no es así, esto es un disparate. Lo mismo pasaba cuando en este Congreso se discutía el matrimonio igualitario, o se discutía el divorcio. Fue un miedo generalizado, un miedo al cambio".

"No me siento más mujer por tener el derecho de abortar -retrucó la diputada Gabriela Burgos (Cambiemos)-. Por encima de todo están los derechos humanos. Ahora me estoy enterando que hay derechos humanos que valen más y otros que valen menos".

También contrario al proyecto, el diputado José Luis Gioja (FpV) insistió en que, "por ser peronista", rechazará la legalización del aborto. "Tengo un hijo con síndrome de Down. Miren si hace 41 años alguien me hubiese dicho que con una ley podía haber hecho un aborto. Si ese chico es la luz de mi vida y de mi familia!", enfatizó.

Casi al borde del llanto, el diputado Luis Contigiani reivindicó su decisión de votar en contra de la ley pese a las presiones de su partido, el socialismo. "Tengo la convicción de que la vida hay que defenderla, no hay ninguna causa para eliminar una vida, no puede ser esa la convicción de la política, me revelo frente a eso", gritó exaltado. "¡Que me linchen si quieren! No hay un acto más revolucionario que defender la vida en una patria", exclamó.

Otro discurso que dio que hablar fue el de la diputada por San Luis Ivana Bianchi quien votó en contra del proyecto. Para justificar su decisión, la representante de Unidad Justicialista advirtió que la ley produciría una proliferación del "tráfico de cerebros e hígados de fetos".

Además, se preguntó: "¿Cuál va a ser el destino de estos fetos, van a ir a bolsas, van a ir a investigación, van a ser comercializados?". Y agregó que, en esta práctica, "los grandes beneficiarios son los hombres que no se quieren hacer cargo y los lobistas empresariales abortistas".


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